Ay, mis corazones. ¿Qué creen? Ando bien triste porque me presagiaron pura “soledá” el fin de semana.
Es que… ¡uy, déjenme les cuento! Porque hay un chisme de trasfondo, y ya sé que eso es más importante que mis sentimientos, pero están ligados así que les platico todo y aprovechamos para que todos los hombres guapos me consuelen…
Vendo llegando (casi en vivo) de Chicago porque ¡¡fue la boda de mi comadre Marisol Terrazas!! Ay, estuvo rebonito; hasta lloré de la emoción. ¿Se acuerdan que ya les había dicho que estaba preparando todo para el jolgorio? Bueno, el día llegó y fue hermoso. Se casó en una iglesia hermosísima que se llama St. Mary Star of the Sea, y fue una ceremonia muy privada donde solo sus familiares y amigos más cercanos fuimos requeridos; tuvo un toque extra especial para mi mana porque en esa iglesia también veló a su mamacita cuando falleció, entonces podemos estar seguros de que la acompañó junto con su papá, su hermana Vicky y su hija.
Ay, no. ¡Es que debieron haberlo visto! Fue de lo más precioso. Y la fiesta… ¡uff! ¡Ni se diga! Me divertí como loca: bailé con muchísimos hombres (muy apretadito con algunos) y canté hasta perder mi voz. Todo fue risa y diversión hasta que llegó el momento del ramo; ¡estuve tan cerca! Y me lo ganó otra… mujer. ¡Pero, no me importa! Que se lo quede. Yo tengo a mi morenatzo y ceeero compromiso serio.
Bueno, muñecos, los dejo porque debo desempecar y lavar mi ropa porque de verdad bailé apretadito… ¡Los quiero!